—¡Roselia, no! ¡¿Por qué… por qué tú…?!
—No llores, Leonis.
Ella extendió una mano. Incluso mientras estaba siendo devorada por la nada, ella le sonrió amablemente.
—Dentro de mil años a partir de ahora, renaceré.
Le suplicó a Leonis que la encontrara, sin importar el costo…
—… ¡Lo prometo! ¡Sin importar qué, te encontraré, Roselia!
Así, la chica conocida como la Diosa de la Rebelión le ofreció una última y fugaz sonrisa.
◆
Con la destrucción del señor Void, la estampida llegó a su fin. Habiendo perdido a su comandante, los Voids se volvieron muy torpes y fueron derrotados uno tras otro por los Espadachines Sagrados de la Academia Excalibur. Los cadáveres de los Voids fueron apilados y eventualmente se disolvieron en niebla. No dejaron cuerpos detrás, desapareciendo en el vacío así como su nombre…
En el dormitorio Hræsvelgr de la Academia Excalibur, Leonis pasó la mitad del día acostado en la cama en la habitación de Riselia.
… Maldición… El temido y alabado Rey No Muerto… sufriendo de dolores musculares…
Este era el rebote por empuñar el poder que tenía como Espadachín y que había sido sellado dentro de la Dáinsleif. Su desentrenado cuerpo de diez años fue atacado por dolores musculares incapacitantes. Se sentía como si todos sus tendones hubieran sido rasgados.
E incluso tomo todo mi maná… qué Espada Demoniaca tan absurda.
Con poco qué hacer, Leonis alivió su aburrimiento viendo películas. El entretenimiento de este medio era mucho más interesante que el teatro de hacía mil años. Al principio, tomó las películas que pudo encontrar en la biblioteca, pero al terminarlas decidió observar las selecciones de la colección de Riselia. La mayoría de ellas eran historias de amor entre un noble y un plebeyo, con unas cuantas escenas apasionadas.
… Así que le gusta este tipo de historias. Estoy un poco sorprendido.
Leonis rodó en la cama mientras ese pensamiento circulaba en su cabeza.
—Leo, te traje al almuerzo… Espera, ¡¿q-q-q-qué estás haciendo…?!
Riselia había regresado a la habitación y, luego de notar lo que se reproducía en la pantalla, reaccionó con nerviosismo y pánico.
—¡N-No puedes ver eso! ¡Es muy pronto para ti, Leo!
Agarró el dispositivo de control de la pantalla y quitó la película rápidamente.
—… Estaba llegando a la mejor parte…
Leonis frunció el ceño.
—No. Si quieres ver una película, tienes las que Sakuya te prestó…
—Pero son aburridas…
Esas películas eran de hombres con katanas en mano tratando de cortarse entre sí. Eran muy brutales y apenas del gusto de Leonis. Había visto suficiente violencia hacía mil años y prefería ver algo un poco más pacífico y sanador para su entretenimiento.
Riselia se sentó en la cama.
—Empezaron a reconstruir el distrito comercial, pero parece que tomará un tiempo arreglar el sistema de energía. Tendremos que quedarnos en esta parte del océano un tiempo.
—Ya veo…
—También, las noticias reportaron que el señor Void murió naturalmente después de despertar en un estado incompleto.
Su expresión parecía estar un poco descontenta, como si dijera “A pesar de que tú fuiste el que lo derrotó”.
—Está bien. De todas formas, prefiero que mi identidad no sea expuesta.
Dijo Leonis. Pero sus palabras provocaron el intenso escrutinio de Riselia.
—¿Quién eres realmente?
Preguntó.
—Ya te lo dije. Un hechicero antiguo que fue sellado y entonces despertó.
—Pero usaste una espada.
—…
Leonis apartó la mirada.
—… Bueno, está bien.
Ella se encogió de hombros.
—Ten. La dueña del orfanato, Phrenia, me dijo que te diera esto.
—… ¿Mmm?
Sacó una pequeña decoración con forma de flor de su chal.
—¿Qué es esto?
—Una medalla. Los niños del orfanato la hicieron para ti.
Era una flor azul torpemente formada, hecha de papel.
—… Una medalla ¿eh?
Leonis se encontró sonriendo amargamente. Había declarado este lugar como los dominios del Rey No Muerto, pero eso no importaba en este momento. Cualquiera que presentara sus respetos al Rey No Muerto era digno de protección…
Justo entonces…
—… P-Por cierto, Leo…
Riselia se movía nerviosamente, con el rostro sonrojado.
—¿Qué pasa?
—Eeem, en realidad, yo, eeeeh, cuando usé mi Espada Sagrada, gasté mucha sangre…
—Oh… sí, supuse que lo harías.
Después de todo, su poder era convertir su sangre en cuchillas.
—Así que yo, um… en serio quiero algo…
—¿No dijiste que serías paciente y aguantarías?
—… Malo…
Ante la pregunta exasperada de Leonis, se formaron lágrimas en los ojos de Riselia. Su rostro estaba sonrojado y lo miraba con una expresión dolorida y de deseo.
—… Está bien, aunque solo un poco.
Leonis asintió. Susurrando un “lo siento”, Riselia llevó sus labios al cuello de Leonis y…
—Señorita Selia, ¿cómo está el ni…? Espera, ¡¿quééééééééé?!
Regina entro a la habitación sin tocar y los miró boquiabierta con los ojos de par en par.
—… ¡Aaah, ¿R-Regina?!
—Vinimos a visitar al niño porque se sentía triste, pero…
Sakuya, quien también había entrado, se dio la vuelta mientras fingía no haber visto nada.
—Perdón. Parece que estaban en medio de algo.
—¡¿S-señorita Selia, qué le está haciendo?!
—… ¡Esto no es lo que crees! Esto es, eeem… ¡Lo estoy cuidando hasta que se recupere! Sí, lo estoy cuidando y…
—Umm, ¿Selia? Estoy muy segura de que esto es una violación de las reglas de los dormitorios…
Elfiné, quien igualmente había entrado, dijo eso con una expresión incomodada.
—¡Señorita Elfiné, estás equivocada!
Encogiéndose de hombros cansadamente ante el disturbio a su alrededor, Leonis miró hacia la ventana. Voids, Espadas Sagradas y las palabras dejadas por el miembro resucitado de los Seis Héroes.
“El mundo renacerá con la Estrella de la Nada…” Umm… ¿Fue solo el balbuceo sin sentido del archisabio a causa de que se volvió loco por los Voids? Independientemente de si es verdad o no, debo apresurarme en reconstruir los ejércitos de los Señores Oscuros.
Mirando por la ventana al daño que la Academia Excalibur había sufrido, consideró lo que estaba por venir sin ser aún consciente de que esto no era más que un preludio a los tumultuosos días futuros…
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