Epílogo – Futuro (Propuesta)
Para cuando Mushiki volvió a recuperar la consciencia, se encontraba en la misma estancia en la que había despertado la primera vez que llegó al Jardín.
“Ah…”
Era una habitación amplia, donde había una cama con techo y cortinas, una gran alfombra y artículos con un diseño antiguo. Era lo mismo que había visto la primera vez. No había duda de ello, estaba en la habitación de Saika.
Mushiki sintió que había regresado en el tiempo, pero había una clara diferencia, y él la notó. Ahora mismo estaba acostado con su verdadera forma, no con la de Saika. Así, poco a poco los recuerdos comenzaron a regresar a medida que su consciencia también se hacia más estable. Los recuerdos de la situación en la que estaba, su pelea contra la Saika del futuro y, además…
“¡…! La Saika-san del futuro está…”
Pensó Mushiki, tratando de salir rápidamente de la cama.
“Oh, ¿ya despertaste?”
Y de repente escuchó una voz desde fuera de la cama, a un lado.
“Ah…”
Todo fue tan repentino que se tuvo que girar hacia esa voz al instante. Era Kuroe, que estaba tranquilamente sentada en una silla.
“¡…!”
Al verla, su sorpresa fue tan grande que se resbaló de la cama, cayendo al piso junto a un gran sonido y golpeándose la cabeza.
“Auch…”
“No tienes que estar tan nervioso ni apurado. No me voy a ir a ningún lado.”
Dijo Kuroe en voz baja.
“…”
Al ver eso, Mushiki trató de levantarse, pero solo pudo apoyarse en una pierna, como si estuviera arrodillado… como si fuera un caballero delante de su princesa.
“¿Y ahora qué te sucede? Estás un poco raro. ¿O acaso cambiaste de personalidad?”
Kuroe dijo eso extrañada. Mushiki, mientras la miraba, dijo…
“… Gracias por todo, Saika-san.”
“… ¿Oh?”
Al decir eso, Kuroe se notó sorprendida. No había pruebas concretas de que lo que decía Mushiki fuera real, pero él sentía que así era; estaba totalmente seguro de que era ella.
“Qué cosas más raras dices. ¿Por qué crees que soy ella?”
“La verdad, no sabría decir por qué, pero… ¿por tu aura, tal vez?”
“Fuh… Jajaja… Jajajajaja…”
Kuroe no pudo aguantar la risa y comenzó a reírse a carcajadas, pero en cierta forma en un tono modesto.
“Ya veo, así que por eso… Pues jamás me hubiera esperado que me descubrirían por una razón tan poco clara. Pero supongo que tendría que haberlo esperado de tu parte.”
Luego de terminar de reír, ella lo vio con una mirada y sonrisa acogedoras.
“Supongo que debería decir “Es bueno volver a verte”, ¿no? Permíteme presentarme de nuevo. Soy Kuozaki Saika, la directora de este Jardín del Vacío. Hiciste un gran trabajo, Mushiki.”
“Gracias.”
Para Mushiki, el agradecimiento de Saika era un honor inmenso, y bajó la mirada al recibirlo. Pero rápidamente recordó otra cosa y volvió a alzarla.
“Es verdad… ¡¿Cómo están tus heridas?!”
“No te preocupes. “Ese cuerpo” ya está en fase de recuperación.”
Al escuchar las palabras de Mushiki, Kuroe, o más bien Saika, le respondió de esa forma mientras agitaba su mano, lo cual hizo que él se preguntara otra cosa.
“¿A qué te refieres con “ese cuerpo”…?”
“Sí, para ser clara, este cuerpo y el de ayer son cuerpos diferentes, homúnculos experimentales. La composición de esos cuerpos es muy similar, pero ninguno posee alma. En pocas palabras, son como marionetas vivientes. Las preparé en caso de que algo me sucediera, para luego poder usarlas como un cuerpo de remplazo, como un recipiente. Aunque, para ser sincera, tampoco pensé que llegaría a usarlas tan rápido.”
“Homúnculos…”
Murmuró Mushiki, y Saika respondió con un “Sí”.
“Imaginé que el atacante podría aparecer otra vez si se daba cuenta de que mi cuerpo seguía con vida, por eso me presenté como la sirvienta de Kuozaki Saika. Lo lamento. En realidad quise decírtelo mucho antes, pero sin información suficiente del enemigo no podía asumir esos riesgos.”
No, no te disculpes… O eso iba a decir Mushiki, pero de repente se congeló.
Kuroe siempre había sido en realidad Saika, ella misma lo acababa de decir. En ese caso, eso implicaba que todas las cosas que pasaron en el Jardín desde la fusión de Mushiki y Saika podían comenzar a tener ahora un significado diferente para él… Después de todo, él dijo eso en aquel momento e hizo aquello en aquel otro… y todo porque, a pesar de estar en el cuerpo de Saika, siempre había estado al lado de la verdadera.
“…”
“¿Qué sucede?”
“No, solo pensé que la felicidad siempre ha estado a mi lado.”
“… En serio, ¿estás bien?”
Saika se quedó en desconcierto mientras sus cejas temblaban. Pero decidiendo que no tenía sentido pensar más en ello, se levantó de la silla.
“… Mushiki, déjame agradecértelo una vez más. En serio, fuiste de gran ayuda. No bromeo cuando digo que, sin ti, probablemente hubiera muerto… Jamás hubiera imaginado ni en mis sueños más locos que mi yo del futuro podría viajar en el tiempo solo para matarme.”
Saika dijo eso en un tono de autocrítica, aunque refiriéndose a su yo del futuro. Al escuchar eso, Mushiki recordó otra cosa.
“Es cierto. ¿Qué sucedió con la Saika-san del futuro? Yo perdí el conocimiento y…”
Mushiki preguntó eso, pero Saika desvió la mirada.
“… No la vi por ningún lado. Probablemente murió.”
“¡¿…?! ¿Yo… lo hice?”
Saika extendió una mano y negó con la cabeza para interrumpir las palabras de Mushiki.
“Ella dijo que en el futuro el mundo fue destruido… ¿recuerdas? El mundo y el rey del mundo son un solo ser, por eso imagino que tampoco le quedaba mucho tiempo de vida. No es tu culpa, no tienes que sentir responsabilidad alguna por eso.”
Y luego de declarar eso, ella puso una leve sonrisa en su rostro, como si quisiera tranquilizar a Mushiki.
“Lo único claro es que el hecho de que tú estés aquí, todavía con vida, es la prueba de que ganaste. Siéntete orgulloso. Sin importar las circunstancias que nos rodearon, demostraste ser superior a mí.”
“¡…! Por supuesto que no. En ese momento ni siquiera sabía lo que hacía, yo solo…”
“Jaja. Pues si me derrotaste sin saber siquiera lo que hacías, parece que no me queda otra que quitarme el eslogan de la más fuerte del mundo.”
Saika se rio agraciadamente, mientras que Mushiki no podía dejar atrás su nerviosismo. Luego ella soltó un suspiro y continuó con sus palabras.
“Bien. Tú eres la persona que salvó a este mundo, y quiero respetar eso. En casos normales te daría un premio y haría los preparativos necesarios para que pudieras regresar al “exterior”.”
“Pero…”, continuó Saika.
“Lastimosamente eso no será sencillo de hacer. Mi cuerpo todavía está fusionado contigo. Además, mi yo del futuro nos dejó un regalo, el peor de todos: la profecía de que en un futuro no tan lejano, este mundo comenzará a derrumbarse. Pero tampoco tenemos más detalles. Sé que estoy siendo egoísta, pero no puedo dejarte libre todavía. Al menos no hasta que pueda separar nuestros cuerpos y regresar al mio.”
Saika dijo eso en un tono arrogante pero también bastante doloroso. Mushiki simplemente negó con la cabeza.
“Yo hice una promesa. Prometí que salvaría este mundo y también que te salvaría a ti. Más bien, me enojaría si ahora simplemente me dijeras que mi papel se acabó.”
“Mushiki…”
Por un momento Saika se dejó asombrar por esa respuesta tan directa, pero rápidamente entrecerró los ojos y asintió.
“Ah… Es verdad, esa es la clase de persona que eres. En serio, debería atesorarte un poco más, ¿no crees?”
A pesar de decir eso, ella realmente encontraba gracioso toda esta situación. Pero luego miró directamente a los ojos de Mushiki y continuó.
“En ese caso, te lo ordeno, Kuga Mushiki.”
“Sí.”
“Sé mi otra mitad y sigue salvando al mundo hasta que pueda separar nuestros cuerpos.”
“¿Eh? Ni hablar.”
“…”
Y nuevamente Mushiki dio una respuesta directa, pero esta hizo que unas gotas de sudor rodaran por la mejilla de Saika.
“… ¿Esta no debería ser la parte donde aceptas?”
“Es que eso de “hasta separar nuestros cuerpos” era innecesario.”
Mushiki dijo eso y Saika reaccionó con un “… ¿Oh?” de admiración.
“Ya veo. Pues si ya has tomado esa decisión, sería humillante para ti no responder a ese deseo.”
Dijo ella, volviendo a ver a Mushiki a los ojos, y esta vez extendiendo su mano.
“Entrégame todo de ti, y junto conmigo salva al mundo.”
“Encantado.”
Y sin duda alguna, él tomó su mano.
“Aunque, si es posible que recibiera algo a cambio, quisiera pedirte un favor cuando el mundo ya no esté en peligro y puedas separar nuestros cuerpos.”
“Oh. De acuerdo, dilo.”
Saika preguntó llena de intriga, y Mushiki respondió mientras la miraba directamente a los ojos.
“Quiero que me otorgues la oportunidad de proponerme a ti.”
Al escuchar esas palabras, ella…
“… Tus palabras son tan inesperadas como siempre.”
Luego de una leve sorpresa, Saika sonrió.
“De acuerdo. Estaré esperando a que llegue ese momento.”
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